Las constructoras, como agentes de desarrollo, tenemos un deber con quienes habitarán nuestros proyectos, y con el entorno en el que estos se insertan. Nuestro compromiso debe ser generar un impacto positivo tanto en el medio ambiente como en las comunidades que lo rodean.
Desde esta perspectiva, el 11 de enero de 2025, se sembraron 420 árboles en Tumbaco, dentro del área de influencia de nuestro proyecto Vivah. A este evento asistieron autoridades municipales, la futura comunidad de habitantes del proyecto Vivah, vecinos del sector La Morita, empresas constructoras amigas y miembros de Constructores Positivos, amigos y familiares de los trabajadores de Proaño | Proaño, entre otros.

Las especies nativas de 1.5 metros de altura, fueron elegidas estratégicamente para aumentar su tasa de supervivencia. Además, esta siembra se produce en enero, aprovechando la época de lluvias, lo que facilita el proceso de enraizamiento y crecimiento saludable. Estamos próximos a firmar un convenio con la EPMMOP para apadrinar esta área pública (redondel del Escalón Tumbaco, que conecta la Ruta Viva con la Av. Oswaldo Guayasamín) y darle mantenimiento por un año.
Las especies que se plantaron son: capulí, cholán, níspero, cepillos rojos, yaloman, guabas, molles, acacia púrpura, chirimoya, farol chino, laurel, cueros, aretes, puzupato, algarrobos, arupos, arrayanes y ceiba.
«El sector de la construcción es uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, ya que es responsable de un 37% de las emisiones mundiales. Nuestra tarea es trabajar para volvernos una empresa que aspire al carbono neutro y este tipo de iniciativas a la que asistimos hoy está estrechamente ligada a este fin», recalcó en la inauguración de esta jornada Joan Proaño, CEO de Proaño | Proaño.
Cada árbol que sembramos hoy es una inversión en el futuro. Es un acto de esperanza y compromiso con un mañana más verde y con verdaderas comunidades más unidas, comprometidas y seguras. «Estos esfuerzos de reforestación tienen un propósito claro: dar un respiro a Tumbaco, generar más fuentes de oxígeno, devolver al entorno la vegetación perdida en el incendio que afectó a nuestro terreno; y, asimismo, prevenir incendios en la época seca, un problema recurrente que afecta gravemente a nuestra ciudad de Quito», destacó Proaño.
Juntos podemos cuidar y preservar nuestra comunidad, nuestra ciudad y nuestro planeta
En Proaño | Proaño nos hemos propuesto desde nuestros actuales proyectos y los futuros una misión de construir comunidades.
Las comunidades desempeñan un papel fundamental en el cuidado del medio ambiente, ya que a través de la acción colectiva logran generar un impacto real en la preservación de su entorno. Al trabajar juntas, emprenden iniciativas como reforestaciones, limpiezas de espacios naturales y programas de reciclaje, que tienen un alcance mayor que los esfuerzos individuales.

Al estar directamente vinculadas a un territorio, las comunidades entienden mejor las necesidades locales y están motivadas a proteger los recursos naturales, garantizando su sostenibilidad para futuras generaciones.
Las comunidades son un motor clave para la sensibilización y educación ambiental. Su capacidad para promover prácticas sostenibles, como huertos comunitarios o la gestión responsable del agua, inspira a sus miembros a vivir en equilibrio con el entorno. Asimismo, su organización permite adaptarse mejor a desafíos como el cambio climático, y su voz colectiva tiene el poder de impulsar políticas públicas más sólidas en favor del medio ambiente.
Es de esta manera que las comunidades y el medio ambiente están profundamente conectados. No podemos hablar de bienestar social sin considerar la salud de nuestro entorno natural. Protegerlo es nuestra responsabilidad compartida.